¡Toro!

(Por Nolo) “En las tardes asoleadas de domingo, cuando el once juvenil de Estudiantes de La Plata erecta la columna vertebral, franco el pecho y los talones firmes en el cuadrilátero cercado de expectación, quema los últimos cartuchos de su resistencia ante el ímpetu de un rival osado, de la ofendida escuadra albirroja se ve surgir de pronto un corazón enérgico que aúpa la defensa e impele el ataque con brío arrollador. Las actitudes se truecan entonces: cargan, con su ropilla listada al viento, los ágiles de Estudiantes, los halves los empujan, los defensores los guardan, sus adversarios se repliegan atemorizados, y el cerco de muchedumbre explota en una aclamación imponente… ¡Toro!

“Es Saúl Calandra, el eje de acero del once estudiantil, que anda repartiendo triunfo por el campo. Sus cabales le llevaron a Amsterdam, a defender los colores argentinos en la olimpíada mundial. Los defendió bravamente. Luego, restituida a sus hombros torunos la casaquilla blanca roja de su escuadra, quiso rememorar amablemente los días vividos en el supremo rigor de la investidura nacional, y escribió estas memorias olímpicas que -vais a verlo- hacen un literato estimable de quien ya era un poderoso atleta.

“Para su club -para Estudiantes de La Plata- las ha escrito; y al publicarlas desea que así lo haga constar uno de esos espectadores del montón que en las tardes domingueras, cuando el once estudiantil se ajusta las piolas y empieza a devorar cancha, se yergue tras el alambrado y a coro con la arrebatada multitud grita… ¡Toro!

José Gabriel (*)

(prólogo del libro “Mis memorias

de la Olimpíada de Amsterdam”,

de Saúl Horacio Calandra, 1928)

(*) José Gabriel (José Gabriel López Buisán, 1896 - 1957), escritor, crítico, docente y colaborador de diversos periódicos argentinos, nació en Madrid, España. Naturalizado argentino, estudió filosofía en la UBA y fue profesor de literatura en el Colegio Nacional de La Plata y, luego, director del Liceo de Señoritas, además de ocupar cargos públicos en Capital Federal y Provincia de Buenos Aires. Difusor del pensamiento de Eugenio D'Ors en la Argentina, en 1919 fundó el Colegio Novecentista de Buenos Aires, del que participaron también Alejandro Korn, Benjamín Taborga y Coriolano Alberini. Tuvo gran predicamento entre los jóvenes reformistas del Grupo Renovación.